martes, 30 de noviembre de 2010

Decimos adiós a un amigo


Carlos. Ese compañero. Ese amigo. Ese SEÑOR, con la caña en la mano o sin ella. Todos los que hemos tenido el honor de conocerlo o de compatir jornadas de pesca con él podríamos decir muchas cosas de él. ¡Todas buenas!. Ninguno de nosotros recuerda un enfado suyo, nin un mal gesto, ni una mala palabra. SERÁS SIEMPRE DE LOS NUESTROS. AUNQUE AHORA TE DIGAMOS ADIÓS AMIGO, ADIÓS.

sábado, 20 de noviembre de 2010

El Personajillo

Algún personajillo, necesita alimentar polémicas o incluso crear conflictos allí donde no los hay para poder atribuírse un protagonismo que de otra manera no tendría. El único interés que lo mueve es alimentar su vanidad y su orgullo. La vanidad y el orgullo son cosas distintas, aunque con frecuencia sean usadas como sinónimos. El orgullo se fundamenta en la opinión que tenemos de nosotros mismos y la vanidad; en lo que quisiéramos que los demás pensaran de nosotros. Para poder crear opinión necesita protagonismo, con ese menester no duda en hacer uso de su delicada y sutíl prosa, ni en deleitarnos con su magistral dominio de cierto vocabulario.

Resultan llamativos sus lloros por la pérdida de apoyos a la candidatura que - a estas alturas ya ninguno de nosotros tiene la menor duda - le resulta más afín, y sus lamentos por el aumento de apoyos a la otra. Significativo es también que ese trasvase de apoyos suceda en ese sentido y no en el inverso, o tal vez no, teniendo en cuenta que la que pierde apoyos es la que goza del beneplácito y la bendición de este personajillo que - dicho sea de paso - hace gala de una habilidad sin par para solucionar entuertos telefónicamente. Todos los que hemos tenido el honor de tratar mediante llamada telefónica alguna discrepancia con él, somos conocedores de como suelen finalizar esas conversaciones. Para aquellos que aún no hayan podido gozar de ese privilegio les diré que siempre, siempre, siempre acaba obsequiándonos con las mejores frases y adjetivos de ese vocabulario que con tanta maestría domina. Y sin más, cuelga. Olvidando, eso si, despedirse.

Yo por mi parte me niego a contribuír a sus fines o a volver a caer en sus provocaciones, y me despido de él, espero que para siempre, desde la tranquilidad y la serenidad que me produce el saber que nunca la Federación Gallega de Pesca caerá en sus manos o en las de las personas que él patrocine. Esta seguridad no me la da tan solo el saber que este personajillo cuenta cada vez con más enemigos, que también, sino más bién el hecho de tener la firme convicción de que él es su peor enemigo.

Manuel Mouzo Méndez.